Literatura de subsistencia: Faunita 53

Faunita 53

Las últimas semanas estuvieron duras
y te extrañé mas de lo necesario.

Suelo escribirte cuando te extraño.

Veo como crecen los brotes
la natural dispersión de la materia que se expande.

Veo a mi madre con su camisón nuevo preparando cajas para encomiendas.
Habla sola, se da órdenes, se reta, se felicita:
lentamente aparece el nervio de la historia.

Veo una pila de sábanas sobre el sillón y un libro abierto boca abajo en la cima.

Ayer mientras hablábamos por teléfono revisé fotos viejas
en el baúl de mi padre. ¿Porqué escondimos el vigor?
Esas preguntas que complican todo.

Noté que siempre hay una edad que no tiene registro.
Que se ha perdido en el horizonte de nuestra historia
y no está en ningún lado.

El año pasado por esta época también te escribía poemas,
es que todo sigue el ritmo de las estaciones.

Veo un parlante desarmado sobre el escritorio y la caja
de herramientas abierta al lado.

Veo que hay dos escobas, una vieja para barrer el patio
una nueva para barrer adentro.

Todo se contamina si lo miramos dos veces. Es el problema de las relaciones,
de la literatura y la política.

Hay que tener coraje para gobernar este derrumbe.

Veo la bermuda que me hiciste con un pantalón inservible.

Veo el paico que semilló y ahora se extiende por todo el patio.

Veo a mi hermano en la cocina tocando canciones de los Beatles
con un cancionero nuevo al contrapunto de los ruidos de la tele encendida.
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