Literatura de subsistencia: abril 2009

Para sostenerse debe ser sustentable

jueves, abril 23
Empecemos por el cuarto.

El cuarto es pequeño, lo sabemos todos: pero no por eso
inservible. Los libros sostienen algunas cosas
como el emplazamiento de la gloria
o todo eso que quisiéramos ser,
flotando,
apoyados en las moléculas del aire.

Por las noches un gato gime con descontrol
y se escuchan hasta acá los ruidos que emergen
de las pesadillas de la cocinera.

Cada mañana la balsa avanzó un poco más contra la corriente.
Será cosa de días para que el río enfurezca
y arrase con todo el esfuerzo de semanas, meses,
solo por capricho.

Podemos seguir por la ropa.

No se sabe como ni porque pero ese olor a humedad
esta en todas partes, está acompañando la aureola fugaz
de su suerte, esta diciendo que las cosas no deben ser mas de lo que son
ni menos de lo que deben ser, ese olor a humedad
es un llamado de atención al dulce destierro de las cosas.

Finalizamos con las figuras de competición.

La mujer china canta una canción china
mientras los hombres avanzan por al salón de mármol
cayendo contra la piedra cuando la canción se desploma
en el tiempo y contratiempo de su ritmo. Un niño observa
con los dedos metidos en la boca. A su espalda las luces
de los autos sobre la avenida proyectan instantáneas de los postes
y las personas que caminan por la vereda.