El núcleo de la floración
martes, febrero 17
Yo los vi entusiasmados hablando de religión y política
y después los vi limpiando los rincones de la casa con miedo
cuando venían sus padres de visita.
Crecí en un pueblo
sobrio, delicado, de cemento antiguo
y me alimenté de la basura del río:
una vez vimos un castor herido entre las raíces descubiertas
de un sauce costero durante una inundación.
Mi padre quería atraparlo.
Guadalupe: Lo mejor es regar la orquídea
pero con poca agua, como lo hicimos siempre
y concentrarse, haciendo presión al cerrar los ojos,
para que este año desprenda su bastión floral.
Después el pensamiento continúa exponiendo las figuras
entre la luz y el ojo para divisar las líneas, las fallas, los tejidos.
Y eso finalmente no es lo que importa
aunque sea un desplazamiento inevitable.
En este momento contaría una historia o analizaría un echo particular
como me enseñaron en la universidad.
Pero me duele mucho el hombro. Y tengo otras cosas que hacer.
Lo último:
Para llamar a la inundación hay que tapar los desagües
pensando en la guerra, en la paz y el progreso. Algunos
se mudan a la orilla del río y esperan pacientes los movimientos lunares,
los deshielos o las lluvias torrenciales: yo prefiero
abrir la canilla y que el agua baje por las escaleras.
El paso que sigue está bueno: dormir abrazado a la almohada.
y después los vi limpiando los rincones de la casa con miedo
cuando venían sus padres de visita.
Crecí en un pueblo
sobrio, delicado, de cemento antiguo
y me alimenté de la basura del río:
una vez vimos un castor herido entre las raíces descubiertas
de un sauce costero durante una inundación.
Mi padre quería atraparlo.
Guadalupe: Lo mejor es regar la orquídea
pero con poca agua, como lo hicimos siempre
y concentrarse, haciendo presión al cerrar los ojos,
para que este año desprenda su bastión floral.
Después el pensamiento continúa exponiendo las figuras
entre la luz y el ojo para divisar las líneas, las fallas, los tejidos.
Y eso finalmente no es lo que importa
aunque sea un desplazamiento inevitable.
En este momento contaría una historia o analizaría un echo particular
como me enseñaron en la universidad.
Pero me duele mucho el hombro. Y tengo otras cosas que hacer.
Lo último:
Para llamar a la inundación hay que tapar los desagües
pensando en la guerra, en la paz y el progreso. Algunos
se mudan a la orilla del río y esperan pacientes los movimientos lunares,
los deshielos o las lluvias torrenciales: yo prefiero
abrir la canilla y que el agua baje por las escaleras.
El paso que sigue está bueno: dormir abrazado a la almohada.