Literatura de subsistencia: octubre 2006

La ira del cazador de cabezas

martes, octubre 3
los olingotes
en malasia
cazan cabezas
por que tienen
ira
o se aburren

la ira sale de la pena
de la aflicción

cuando duele
nunca
nunca
se olvida

¿hace falta buscar
explicación
de por que los hombres
mayores,
adultos
sienten el deseo
de cortar cabezas?

¿se extinguirán entre ellos
como una enfermedad
que come desde adentro
o cómo aquel universo
que desaparece
absorbiéndose por su
propio ombligo?

Cuando llegaron a
las colinas de los olingotes
los rumores de que se penaba
con fusilamiento
la cacería de cabezas,
algunos
se convirtieron el cristianismo
como régimen para canalizar
su ira,
su aflicción,
su pena.

Una vez
entre los olingotes
murió un bebé de seis meses
a lo mejor
de neumonía

el padre sufría mucho
lloraba
se tomaba la cabeza
cuando lloraba

era el séptimo descendiente
que perdía,
años atrás
tres de sus hijos
murieron uno tras otro
en cuestión de días,

por eso se convirtió.

¿lo hizo para que
la nueva religión
lo salvara de sus males,
de sus penas?
preguntaron los antropólogos

No.
Se convirtió
al cristianismo
para no salir por las noches
a cortar cabezas
de vecinos
en la llanura.

Los olingotes
tienen una canción
de cacería
que cuando la oyen
en las grabaciones
de los antropólogos
se inquietan

(el aire se llena de electricidad
se siente
una electricidad
que eriza los pelos
de los brazos y la nuca
y eleva los papeles
sobre el escritorio)

se inquietan
por que ya no se pueden
cazar cabezas
y sienten
pena
por las generaciones
incompletas
que nunca
podrán
cortar
con el hacha
afilada en las piedras de
la orilla del río
una cabeza
como redención
de toda esa pena
que contenida
se libera
en el arqueo del cuerpo
del hachazo.

Faunitas cuarenta

domingo, octubre 1
En el caño
de la bici
atamos con una
soga celeste de nylon
esa almohada vieja
donde apoyaba
la guitarra que vendí.
Así te sentás
y no duelen los paseos
de las tardecitas
en que tu pelo rubio flamea
coreográfico
con tu pollera blanca
por todas esas
bajadas

(que a veces son subidas,
según como se las mire)

de ese lugar
llamado alberdi.